jueves, 26 de abril de 2012

An End, Once and For All

En muchos de nosotros existe un impulso fuerte de vida; Freud le llamo Eros. El otro impulso, aquel que es destructivo, se le llamó Tánatos. La serie de Mass Effect gira alrededor de estos impulsos desde su primer juego. La galaxia está en peligro y constantemente debes decidir que camino tomar para llegar a este objetivo. Tus acciones pueden relacionarse a estos impulsos, tratando de salvar a todos o sacrificando algunos en el camino por el bien de muchos. 

Las decisiones de la serie rara vez me han tomado más de unos cuantos segundos. Me dejan elegir impulso de vida, tratando de hacer el bien y rara vez optando por ser grosero o agresivo. Mi comandante Shepard, y por extensión, yo, han luchado por el bien de no solo la humanidad, sino también la del universo. Es por eso que entiendo las quejas de los fans sobre el final de la trilogía. Sigues teniendo que elegir, solo que la elección parece estar fuera de tus manos, no moldeada por tus acciones, solo por la situación presente. 

Me parece un reflejo real de nuestra existencia. Nuestros caminos, diferentes que sean, convergen en los mismos puntos; lo único que puedes hacer es sentir comodidad o arrepentimiento de lo que hiciste antes de llegar a ese lugar, ese último momento. Aunque existirá contenido descargable que de alguna manera extienda la saga, estoy satisfecho con el final, MI final. No es lo que esperaba. Pero el camino para llegar siempre valió la pena. 

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