lunes, 6 de febrero de 2012

Press Start to Continue (Living)

Hace un mes entraron a nuestra casa y nos robaron. Los efectos del robo son desmoralizantes. Fuera del miedo y preocupación que genera, aun con el paso de los días, el saber tu vulnerabilidad crea una sensación que antes no existía. Planes han sido alterados y nuestras posesiones, reemplazables que sean, tardaran meses o más en ser adquiridas de nuevo.

El que hayan robado mis sistemas de videojuegos modernos es triste, pero me afecta más la perdida de horas y horas en esos juegos. Por ejemplo, tenia más de 80 hrs invertidas en la saga de Mass Effect, la cual concluye dentro de un mes con ME 3. Suena ridículo pero se robaron la identidad de mis personajes y por extensión, la mía.

Nadie puede robarme de mis experiencias pero es un golpe fuerte a la identidad de alguien cuya vida ha girado por tantos años en jugar. Tengo cajas llenas de juegos (no se llevaron mis sistemas viejos, ni mi Wii, PSP y 3DS), lo cual representa 25 años de historias que he acumulado.

Afortunadamente lo más precioso en mi vida no fue afectado. Mi esposa estaba conmigo cuando paso y no le toco estar en la casa. Por alguna razón, Pucca, nuestra perrita adoptada, no fue lastimada cuando entraron a la casa. No agradezco a los ladrones pero estoy agradecido de que no paso algo peor.

Si algo tengo aprendido de jugar es ser resilente. He perdido más veces de las que puedo contar. Pero sigo adelante. Esto no fue un Game Over; siempre me van a quedar Continues.

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